No importaban tanto las palabras, eran ondas que no sabían más que desvanecerse. Un silencio podría haber tenido más sentido, algo que expresara una emoción más allá de cualquier alocución, en un lenguaje más explícito. Tampoco se manejaba mucho por debajo de la mesa, cuando lo cotidiano no adquiere tintes dicotómicos no es necesario hacer juicios que establezcan lo bueno y lo malo, y la verdad se convierte en una interrogante que no hace falta descubrir. Porque descubrir la verdad es en ocasiones una mera inocentada, puesto que hay miles de verdades, de tal forma que una mentira que nunca se sabe puede parecer verdadera, y una verdad que nunca se cree puede sonar a mentira. Pero en esta noche de bar a media luz, ciertamente lo único real es lo que puedo ver sin abrir los ojos, ¿me explico?, eso que llevás por dentro y que no sabés esconder. Yo tampoco sé esconder, si este cielo estrellado de tímidos destellos me ilumina un poco sabrá que soy simple por un momento, sin pretensiones, olvidando las disertaciones esquematizadas, como un susurro leve, que vuela en expectativa errante a través de un espacio sin oídos, en una lírica que no se escuchó jamás.
miércoles, 30 de abril de 2008
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3 comentarios:
Miles de realidades, lo concibo. Miles de verdades, me parece relativón, acomodaticio.
Pero, se ajusta a la historia que contaba Krishnamurti:
"Iba el Diablo conversando con un hombre por una calle. En eso vieron a otro sujeto que observaba detenidamente algo que estaba tirado en el suelo, lo recogía, se lo escondía en un bolsillo y se iba.
-¿Qué fue lo que se encontró esa persona?- le preguntó al Diablo su
acompañante.
-Un trozo de verdad...
-¿Y no vas a hacer nada? ¿Acaso eso no te perjudica?
-Al contrario- respondió el Diablo - facilita mi trabajo: voy a dejar que haga una organización en función de esa verdad."
Creo que más que muchas verdades, hay muchas interpretaciones de la verdad. Llamémosles revelaciones, teorías, idiosincracias, ideologías. Y coincido con K en que eso es lo que divide al ser humano. No buscamos los puntos en común sino que enfatizamos nuestras diferencias.
Claro, a eso me refiero cuando digo muchas verdades, a las muchas interpretaciones. Es como la onda de la religión, muchos creen manejar la única verdad, la suya, cuando lo que es no es más que su muy personal percepción.
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