¿Y si el viejo cuerpo perdurara? ¿Si la vida dejara de ser un suspiro efímero de décadas decadentes? Sería trascendente, en efecto. Un poco más, por lo menos, de lo que lo es en realidad. Sin ahondar en el alma, el individuo tendría la capacidad de engrandecerse, no como el súper hombre de Nietzsche, sino como un ente pragmático y funcional. A la larga el hecho de saberse finito, ¡tan finito!, hace ver insignificantes los eventos y sus consecuencias. El aprendizaje en sí mismo es un objeto altamente valorado, la creación en todas sus formas, la apreciación de los vínculos y la superación, todo al fin y al cabo son cualidades humanas individuales que se pierden con la muerte. Y si se toma en cuenta que la cita con la muerte llega tan rápido, toda virtud atesorada en esta vida es una mera insignificancia. ¿Cuál es el valor supremo entonces de la vida? Si seguimos un camino coherente de ideas, el juicio al que se llegará tendrá que ver indefectiblemente con el alma, el espíritu o la concepción de lo ulterior. ¿Entonces de qué sirve la escritura y la introspección que ésta conlleva? ¿No son las palabras y los sentimientos que ellas representan una mera insignificancia más? Claro, bien podría pensarse que son los ornamentos necesarios de la existencia, que sirven para llenar el ocio de los minutos durante el corto período de la vida, o podría ser una mera bitácora ostentosa y engreída. Si ese fuera el caso y mi diario no pasara de ser una vana presunción, una inútil distracción, no importaría en lo más mínimo su secuencia ni su interrupción, ni su forma o su divulgación, podría ser apócrifo incluso para disminuir la vanidad. Si dejara de pensar por un minuto en el arte y su importancia, podría seguir el paso hasta el final como un gran libro en blanco, con un único adorno de importancia monumental, el grande y poderoso punto final.
jueves, 13 de marzo de 2008
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3 comentarios:
Vas rapidito, eh. Ya me vas a rebasar, en menos de una semana.
Me encantó este post. Hace pensar y reflexionar un poco sobre la existencia.
Yo creo que parte del aprendizaje que se adquiere al estar aquí, nos hace evolucionar de manera individual como personas y general como especie. En la recta numérica de la humanidad sí pesan los hechos y la historia, aunque sigan repitiéndose algunos patrones.
Puchica ustedes, los dos resultaron con dotes de escritores! Como que es de familia esa cualidad, Felicitaciones Luisfer por tu blog, también seré una de tus fans y te leeré siempre que pueda ok? Abrazos,
Mohervi
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