jueves, 18 de septiembre de 2008

Este mundo


Compartiendo ataúdes, de madera fina y acabados de fantasía, rodeados de risas perecederas en momentos felices de Credomatic sobregirado. Poco a poco va fluyendo el espectáculo de luces multicolores, y adornamos nuestras pobres cabecitas con reflejos que distraen, que hipnotizan, tan solo para dejar de sufrir un poquito. Olvidando un poquito. Pretendiendo. De esta forma el romántico idealista se disfraza de comodín, se hace acompañar por la pompa majestuosa de su realeza contemporánea, artificial y caduca, al tiempo que ríe su penúltima carcajada. Huele a perfume barato, y su ambición es más grande que los pantalones que lleva puestos, pero no se perciben los ideales que viajan bajo el atuendo, y su paso se hace indolente a través de las muchedumbres. Hasta que pasa por la vitrina, delante del maniquí ve su rostro en el semiespejo de vidrio aparador, y se asquea. Por fin se da cuenta de la tragicomedia que es este mundo, espacio forma de siniestros mal perpetrados, y se dispone a escupir su última sonrisa, tierna, silenciosa, postrera. Después de ella todo será llanto, llenará copas de licor y lágrimas, para beber el desconsuelo hasta que llegue su hora, hasta que descanse al fin. Un latido lo distrae, luego otro, talvez se percata y le duele, es eso que está dentro de su pecho: aún vive.

4 comentarios:

Petoulqui dijo...

Luisfergua:

Qué excelente metáfora esa del comodín y la tragicomedia. Ni Chris Nolan pudo expresarlo mejor.

Saludos,

Peto

Lucia Ochoa-Figueroa dijo...

Gracias por tus comentarios... Por cierto tu blog tiene cosas muy interesantes, me ha gustado mucho. saludos.

Luis dijo...

Que bueno mijo que volvas a escribir.

Buena entrada, me imagino que motivó a Peto para que reescribiera "Los Funerales de las Flores".

En todo caso espero que que escribas mas ya que no podes decepcionar a tu faraona...

Anónimo dijo...

Si la vida no fuera una tragicomedia, ¿cómo podríamos llegar a ser lo que somos ahora? ¿Como llegar a valorar lo que realmente tiene valor? Qué razón tienes al escribir sobre los paliativos emocionales tan vanos que a veces (o siempre)tomamos, las luces campero, un partido, una celebración de revolución que ya no tiene sentido. A veces quisiera volver a ser niña.
Que no deje de brillar tu alma verde transformada en unos ojos cansados...
Gizè C.