martes, 23 de septiembre de 2008

Vejez


Segundos marchitos de domingo de últimos rezos, dolorosa resignación de un apogeo que terminó en olvido, resaca de un mal inicio que nunca mejoró. Va acumulando años en su joroba de inviernos inherentes, al tiempo que ve irreverente el retablo que un día lo consoló, apolillado en las entrañas donde ya no quedan ecos de su Dios. Acude al festejo de los suyos, los que piden porque no saben, los que piden porque los mandan, los que piden por pedir, y su petición se desvanece en una aglomeración de bastones y andadores engañados, donde nadie escucha. Pero quizá a la mañana siguiente ya no lo recuerde, su lamentable irritación con el mundo se disiparía en una laguna mental, o talvez ya no despierte, y su epitafio reclamaría atenciones en mora, con intereses que no le otorgarán. Se sienta en la banqueta de la misma calle donde nunca se ha sentido alguien, y se pregunta dónde quedaron aquellos tiempos de sillas mecedoras y nietos para contar historias; sus respuestas aguardan mientras trata inútilmente de abordar un bus urbano. Camina entonces con pasos errantes, que pronto cesarán.

3 comentarios:

Luis dijo...

Mmmmm, no me gusto esta entrada.

Pintas como si la vejez fuera un martirio cuando no lo es.

Para mi es una época donde te sentas a cosechar lo que has sembrado y si no hay nada bueno es por culpa de las acciones que realizaste a lo largo de la vida.

Ahora me pregunto si es así como ves la vejes en general o la de alguien en particular...

P.D. Qué hueva de blog, jaja.

Petoulqui dijo...

Lusi:

A mí sí me gustó la entrada. Pero coincido con Luis en que la vejez tiene muchos matices (diría el Gallo); a lo largo de mi existencia he conocido a muchas personas de la tercera edad que me han causado admiración.

También me proyecto a mí mismo en mi vejez, quieron decir que quiero llegar a viejo, aún cuando le temo a la senilidad.

Creo que todo depende del contexto en el que le toque vivir a la persona. Y supongo que toda vida tiene algo interesante para contar.

La entrada me trajo muchos recuerdos de cosas remotas y algunas recientes.

Saludos,

Peto

lusifergua dijo...

Verán, mis queridos compañeros, no soy mucho de explicar mis entradas, pero haré una excepción.

Esta entrada en particular la inspiró un paciente, que me contó su perspectiva de vida y de cómo sentía que su familia y el gobierno no le daban el apoyo que él merece. Me entristeció mucho todo lo que me dijo y por eso decidí escribir algo al respecto.

Gracias por sus opiniones.