Breve intervalo a lo largo del trayecto, un segundo para reflexionar: el charco continúa. De pronto olvido que detesto manejar, el tráfico se oxida en monotonía y las avenidas me muestran un atisbo de pasividad. Ciudad bajo la lluvia, concreto, humedad y lodo, apenas logro reaccionar entre vidrios empañados y agua por doquier, sueno redundante pero es que el invierno es tan deprimente, habría que obviar a veces los inviernos. Mi destino se vuelve irrelevante a medida que el camino se torna voluble, subo el volumen a una canción y conduzco en una especie de piloto automático, me he extraviado por completo de mi entorno, me diluyo en otra dimensión. De no ser por la inercia no llegaría a mi destino, porque mi destino es una especie de inercia que busco, y que encuentro. No entiendo de complicaciones y miedos, los veo llegar al tiempo que se van, porque en esta ruta que tomo solo una cosa es segura, y es que soy un paso a la vez… Si hay abismo por delante, saltaré y mis pies irán hacia el viento.
viernes, 13 de junio de 2008
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1 comentario:
Loosing all hope is freedom!!!
saludos,
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