Hubo un silencio oculto que nadie percibió, fueron días de ruido, de tiempo escaso, una miscelánea de eventos y fastidios, un detrimento del todo y de lo poco que permanece en pie, en lo que parece mi derrumbe minucioso, circunstancial. Llegó el viernes aunque no lo parece, en mi cabeza de proletario atormentado se sobrecargan las neuronas, a punto de explotar. El lápiz en mis manos golpea incesante la mesa, harto de mi patética desesperación, aferrado a la página en blanco que se llena de estupideces, mientras el ancla se hunde un poco más en este fango que crece bajo mis pies; es entonces cuando las cuatro paredes apestan. Aunque es normal, claro, eso de los malos días, de las malas semanas, así es esto de vivir, ya pasará… ¡Já! El siempre triste consuelo. Pero las agujas de este reloj caen y no giran, no aguardan el compás que deja atrás las ignominias, uso un reloj digital mejor, y entonces mis minutos se manifiestan más claramente, al ritmo de la espera para que por fin cambie la fecha del calendario, maldito calendario… Ya es de noche casi, y aguardo la penumbra sin prender la luz, así distraigo la soledad, con esta oscuridad a medias que me agranda las pupilas. Apenas comprendo de razones y motivos, lo único que sé es que hay algo que no soporto, algo que me enoja con solo abrir los ojos y ver, quisiera dormir un poco y soñarme en un momento feliz, o soñar nada más, para no tener que pensar ni imaginar ni sentir ni aguantar, para no tener que escapar. Mi silencio aún queda oculto detrás de unas palabras en mi ordenador, es de noche ya y tengo que salir, tengo que evadir, miserablemente melancólico, trillado, a ahogar mis penas en alcohol.
viernes, 4 de julio de 2008
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10 comentarios:
Entonces soy nadie, porque decís que "nadie lo percibió"...
Y como nadie no recibe respuesta, supongo que en esta ocasión tampoco tendré mi réplica. Como nos vemos tanto...
Aghhh... Pero ni las traidas reclaman tanto...
Buen post mano, es la irreversible necesidad de apagar las encendidas frustraciones con el inflamable alcohol...que ironia...
un abrazo mano y salud!!!
Defensa de la alegría
Mario Benedetti
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.
Yo misma...
Bonito texto!!
se me olvidó poner que el poema te lo dedicaba. ¡¡Basta ya de tanta melancolía, tristeza, enojo y/o conformismo!! La vida es para disfrutarla, total, nadie ha salido vivo de ella.
Mi pseudo: Yo misma.
shhhhhhh ve pues hasta poemas te dedican vos...eso...eso...
Petoulqui, lo siento. Anónimo, acerca de la alegría hay mucho que hablar, ya publicaré algo al respecto. Jenni, gracias por pasar por acá, ya te agregué a mis blogs.
en alcohol??? quien no te conoce pensaría que te has dado a la perdición... pero no es cierto, verdad??.
O si?
...
Sigo siendo el mismo Lulu, solo un poco más alcohólico...
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