domingo, 8 de agosto de 2010

Intentando espacios


Cierro una puerta y camino, esta vez un poco temeroso, quizá de los destinos, quizá de no volver. Una nueva criatura nace, se reinventa el cuento del mundo en su millonésima ocasión, en una ínfima porción de esta escasez de orbe, de incertidumbre. Es como llenar espacios con agujeros y taparlos a su vez, desquiciar las dimensiones para tratar de entender eso que está frente a los ojos, estupefacto. Así se forma la conciencia pura, con ese abanico de opciones dispuestas, en este intervalo que nos fue asignado, que nos contiene. Mientras tanto se hilvana un instante mayor, ese que llega cuando el camino dejó de ser, y hasta allí se comprende que los recuerdos forman un pasado al cual se puede volver a ver, una imagen de las cosas que formaron parte del plan infinito, donde quedaron las sombras de los que estuvieron en las sombras de los lugares, un silencio que perduró a las voces, conversaciones, melodías, de una sinfonía que pueda no concluir. Puedo darme cuenta que he avanzado a una siguiente habitación, y salgo por otra puerta para caminar, un poco temeroso, quizá no quiera volver.